En este escenario vibrante, La Cerda de Chueca, restaurante que ha revolucionado la escena culinaria madrileña con su concepto atrevido y original, se incorpora oficialmente a Chueca Diversa, la red de negocios y locales que trabajan unidos para dar mayor visibilidad al barrio y a su identidad única.
Un espacio que no pasa desapercibido
Ubicado en la calle Barbieri, 15, La Cerda de Chueca abrió sus puertas en septiembre de 2022 como parte del Grupo Le Cocó. Desde entonces, no ha dejado de atraer la atención de madrileños, visitantes y medios especializados. Su propuesta va más allá de la gastronomía: es un viaje sensorial y visual que combina estética, humor y sabores mediterráneos en un entorno que invita a quedarse —y a fotografiarse—.
La decoración es uno de sus grandes atractivos. Predominan los tonos rosas, los neones brillantes y los guiños al mundo pin-up de los años 50. El interior está plagado de referencias al universo porcino: desde cuadros reinterpretados con “cerditos ilustres” hasta vajillas, peluches y detalles que construyen un relato coherente y divertido. Cada rincón del local parece diseñado para sorprender y arrancar una sonrisa, convirtiéndolo en uno de los restaurantes más instagrameables de Madrid.
Gastronomía con personalidad
Si la estética llama la atención, la carta no se queda atrás. La Cerda de Chueca ha logrado diferenciarse gracias a su capacidad de jugar con las presentaciones sin descuidar el sabor. Entre los platos más comentados destacan:
El hot dog de chopitos en pan brioche con alioli de cítrico y menta, un ejemplo de cómo reinterpretar lo castizo con un toque atrevido.
La ensaladilla rusa presentada dentro de una matrioska con forma de cerdita, que ya es un icono del restaurante.
Hamburguesas, tacos y otros platos mediterráneos servidos en recipientes en rosa, siempre con un guiño humorístico.
Postres clásicos como la tarta de queso o el tiramisú, reinventados en formato creativo para cerrar la experiencia de manera memorable.
Todo ello acompañado de cócteles de autor, un ambiente relajado y la posibilidad de acudir con mascotas, ya que el local es dog-friendly. Una suma de factores que refuerzan su filosofía: la gastronomía también puede ser divertida, inclusiva y sin reglas.
Una incorporación estratégica a Chueca Diversa
Con su adhesión a Chueca Diversa, La Cerda de Chueca se integra en una red de comercios, bares, restaurantes y espacios culturales que buscan visibilizar el barrio como un destino diverso y abierto. Esta unión no solo da más fuerza a la comunidad empresarial de Chueca, sino que también permite que el restaurante forme parte de una estrategia común de promoción y apoyo mutuo.
La llegada de La Cerda supone un paso más en el crecimiento de la iniciativa, que se ha convertido en una referencia para quienes buscan experiencias auténticas en el corazón de Madrid. Chueca Diversa se nutre de locales que aportan carácter y diferenciación, y La Cerda encaja perfectamente en esta visión: un restaurante que no deja indiferente, que combina identidad y creatividad, y que proyecta la esencia del barrio a visitantes nacionales e internacionales.
Chueca, un barrio en constante reinvención
El barrio de Chueca ha sido durante décadas un espacio de libertad y diversidad, referente tanto a nivel nacional como internacional. Hoy, su atractivo no solo se basa en la vida nocturna o en su relevancia cultural, sino también en su capacidad de reinventarse a través de proyectos como Chueca Diversa. La incorporación de La Cerda refuerza ese dinamismo, mostrando que la innovación y la tradición pueden convivir y que cada nuevo local aporta una capa más a la identidad del barrio.
Una parada imprescindible
Visitar La Cerda de Chueca ya es casi un ritual para quienes buscan sorprenderse con algo distinto en Madrid. Su propuesta irreverente, sus platos creativos y su atmósfera única lo han convertido en parada obligatoria para foodies, curiosos y amantes de las experiencias diferentes.
Con su incorporación a Chueca Diversa, La Cerda no solo se consolida como referente gastronómico, sino que también se suma a un proyecto colectivo que celebra lo que hace de este barrio algo irrepetible: su diversidad, su autenticidad y su capacidad de sorprender siempre.

