El martes, el diseñador Juan Carlos Mesa, alma creativa de Maison Mesa, presentó en el patio del antiguo monasterio de las Salesas (Chamberí) su colección The Passion of Lovers. El desfile fue un viaje romántico con piezas que mezclaron siluetas vaporosas, transparencias, bordados florales, plumas y tejidos delicados en una paleta de colores que osciló entre los tonos neutros, los pasteles y los acentos vibrantes. Una propuesta artesanal que reivindica la moda como lenguaje emocional y cultural.
Un día después, el COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid) en la calle Hortaleza de Chueca se transformó en escenario de otro desfile que acercó la moda a un barrio símbolo de diversidad y creatividad. La arquitectura contemporánea del espacio dialogó con la estética de la colección presentada, mostrando que la moda madrileña busca escapar de los formatos tradicionales para ganar visibilidad en lugares inesperados.
La ciudad como pasarela
Lo ocurrido en Chamberí y en Chueca evidencia una tendencia clara: Madrid es Moda convierte la ciudad en pasarela abierta. Cada barrio aporta su carácter: las Salesas con su aire elegante y clásico; Chueca con su energía vibrante y plural. Dos caras distintas de un mismo fenómeno: la moda expandiéndose más allá de los desfiles convencionales para integrarse en la vida urbana.




Madrid, capital creativa
La suma de propuestas como la de Maison Mesa y la celebrada en el COAM consolida a Madrid como uno de los referentes en el circuito internacional de la moda. No solo por la calidad de los diseñadores, sino por su capacidad de reinventar los escenarios y de mostrar que la moda puede habitar cualquier espacio.
De Chamberí a Chueca, Madrid demuestra estos días que la moda es parte esencial de su identidad: un motor cultural y económico que convierte a la ciudad en un escaparate plural, innovador y lleno de vida.